La primera imagen que le viene a la cabeza a cualquier persona cuando le hablas de Roma probablemente sea la del Coliseo.
El Coliseo de Roma una construcción espectacular que tiene casi 2000 años de antigüedad y que fue también el símbolo del poderío del antiguo Imperio Romano.
También es conocido como el Anfiteatro Flavio y ha conseguido sobrevivir a terremotos, saqueos, incendios y guerras a lo largo de su historia.
La Historia del Coliseo de Roma
El Coliseo de Roma fue construido, aunque sufrió ampliaciones posteriores, entre los años 70 y 72.
Fue justo después de que el incendio de Roma bajo el mandato de Nerón en el año 64 destruyera el anterior que se encontraba en la ciudad.
Además de este colosal edificio que podía albergar hasta 50.000 espectadores, en los alrededores se construyeron otros relacionados así como escuelas de gladiadores.
Durante muchos años en el Coliseo se celebraron espectáculos tales como peleas de gladiadores, ejecuciones públicas, luchas entre animales e incluso batallas navales para las cuales se llenaba el nivel inferior de agua gracias a un sistema de canalización bastante avanzado. La última pelea de gladiadores se realizó en el año 435 aunque siguieron realizándose entre animales hasta el año 523.
Tras la caída del Imperio Romano, el Coliseo tuvo otros usos diferentes en siglos posteriores como el de cementerio e incluso en iglesia hasta que poco a poco fue cayendo en el abandono y sufriendo desperfectos agravados por varios terremotos.
En 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad y en 2007 fue nombrado una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno.
La visita al Coliseo de Roma. Qué ver
El Coliseo de Roma es sencillamente espectacular tanto por dentro como por fuera.
Por eso recibe más de 6 millones de visitantes al año y es una visita imprescindible en Roma.
De la fachada podemos destacar que tiene cuatro alturas. Las tres primeras están formadas por 80 arcos mientras que la parte superior es una pared.
Recomendamos dar una vuelta completa al edificio antes de entrar a verlo para poder observar su majestuosidad. En su exterior existen también numerosas personas vestidas de gladiadores que se ofrecerán a hacerse una foto contigo a cambio de una propina.
En el interior del Coliseo podrás pasear por el graderío y admirar cada rincón pudiendo observar la zona donde se encontraba la arena y el laberinto subterráneo que había bajo la cubierta de madera que ya no se conserva. Además desde el interior del Coliseo también tendrás bonitas vistas del exterior y podrás obtener las mejores del Arco de Constantino.
El Arco de Constantino
Situado junto al Coliseo y de camino al Palatino podemos observar el Arco de Constantino, uno de los monumentos romanos mejor conservados.
Fue construido en el año 315 para conmemorar la victoria del Emperador Constantino I en la batalla del Puente Milvio.
Con 21 metros de altura y 25 de anchura está formado por 3 arcos y destacan sus relieves y sus inscripciones.
Hacerse una foto junto al Arco de Constantino con el Coliseo de fondo es una de las cosas más típicas en la ciudad eterna.
Es sin duda, un gan complemento al Coliseo de Roma.
Puedes encontrar más información en la página oficial del Coliseo de Roma.