El Museo Guggenheim de Nueva York es el más conocido y además el primero que se abrió de la fundación Solomon R. Guggenheim, aunque comparte popularidad con el de Bilbao.
Este museo es uno de esos cuyo edificio es también una obra de arte además de lo que se encuentra en el interior. Aunque no quieras entrar, merece la pena acercarse para ver la impresionante arquitectura del Museo Guggenheim.
Está dedicado al arte moderno y no siempre estuvo en la misma ubicación.
El edificio del Museo Guggenheim
Fue fundado en 1937 y se encuentra situado al norte de la isla de Manhattan, junto a Central Park y muy cerca de otro de los museos importantes de Nueva York: el Metropolitan.
La actual data de 1957 cuando Guggenheim encargó la construcción de un peculiar edificio en 1943 al arquitecto más famoso de la época, Frank Lloyd Wright, y tras varios años de obras, fue inaugurado convirtiéndose en una obra de arte por sí misma.
El edificio parece desde la calle una cinta enrollada con la base más estrecha que la parte superior mientras el interior tiene forma de espiral haciendo que el visitante vea las obras de arte mientras camina por una rampa helicoidal.
En 1992 sufrió una remodelación construyéndose a su lado un edificio rectangular más alto que el original. Esto levantó grandes críticas y mucha polémica, pero hoy en día es uno de los lugares más visitados de Nueva York.
Las obras de arte del Museo Guggenheim
Solomon Guggenheim era un gran apasionado al arte moderno, y de hecho el museo antes de adquirir su nombre se llamaba museo de pintura no objetiva.
Por tanto, todas las obras que se encuentran en su interior se engloban dentro del arte moderno y podemos ver pinturas de Picasso, Magritte, Dalí, Bacon o Kandinsky.
También hay que destacar sus exposiciones temporales y el intercambio que suelen realizar con otros museos Guggenheim del mundo por lo que siempre encontrarás nuevos contenidos y obras que admirar.
Puedes encontrar más información en la página oficial del Museo Guggenheim