La Plaza de la Ciudad Vieja de Praga es para muchos la plaza más bonita de Europa y es normalmente el primer lugar al que todos los que llegan a Praga quieren visitar.
Todos los edificios que rodean la plaza forman un conjunto único con una gran variedad de estilos arquitectónicos que conviven en armonía.
Sin duda, la Plaza de la Ciudad Vieja es uno de los lugares más bonitos de Europa y que si la visitas nunca podrás olvidar.
Un poco de historia de la Plaza de la Ciudad Vieja
Los orígenes de la Plaza de la Ciudad Vieja se sitúan en el siglo XI cuando la ciudad fue extendiéndose desde el Castillo hasta la otra orilla del Río Moldava.
Con el tiempo la plaza se convirtió en el centro de la vida pública de Praga y en ella se celebraba el mercado más activo de Bohemia.
Ha sido además testigo de importantes acontecimientos históricos como fue la ejecución de líderes protestantes que se rebelaron contra el emperador Matías en 1621.
O más recientemente la proclamación de la República de Checoslovaquia en 1918 o la destrucción de gran parte de la plaza en 1945 durante la II Guerra Mundial.
Qué ver en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga

Durante todos los días que visites Praga casi seguro que querrás ir a ella como nos ocurrió a nosotros y algunos días incluso varias veces.
El edificio más importante de la Plaza es el Ayuntamiento y es el que más miradas atrae, sobre todo el Reloj Astronómico que da las horas de una manera muy peculiar.
Es el reloj medieval más conocido del mundo y data de 1490 y si estás por la zona a cada hora en punto podrás ver el desfile de los doce apóstoles y otras figuras dando la hora.
También es posible acceder a la Torre del Reloj del Ayuntamiento. Se puede subir en ascensor y merece completamente la pena para poder tener unas maravillosas vistas de Praga, sobre todo de la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, una iglesia situada entre callejuelas estrechas y con un espectacular estilo gótico.
Más desapercibida pasa la Iglesia de San Nicolás, situada en uno de los laterales de la plaza pero que también merece la pena visitar.
No debe confundirse con la otra Iglesia de San Nicolás que se encuentra muy cerca del Castillo de Praga.
En el centro de la Plaza de la Ciudad Vieja tenemos el Monumento a Jan Hus, un hereje condenado en la hoguera en 1415 y alrededor unos preciosos edificios de diferentes colores que nunca podrás dejar de admirar.
Alrededor de la plaza podemos encontrar bastantes callejuelas llenas de tiendas y restaurantes donde merece la pena perderse.