La Catedral de San Patricio es el edificio neogótico más grande de América del Norte.
Se trata de una catedral católica dedicada al patrón de Irlanda (Saint Patrick) situada entre inmensos rascacielos en claro contraste con el entorno, lo que hace tener la sensación de que el templo es más pequeño de lo que realmente es.
La Catedral de San Patricio comenzó a construirse en el año 1858 pero la Guerra de Secesión paralizó las obras. Estas finalizaron por fin en 1865 una vez acabó la guerra.
Qué ver en la Catedral de San Patricio
Lo primero que llama la atención de la Catedral de San Patricio es su imponente fachada con dos torres de 100 metros de altura que se alzan sobre la Quinta Avenida.
Sus 2 torres de 100 metros de altura constituía el edificio más alto de Nueva York, motivo para el que fue construido.
Pero hoy en día, está rodeado de rascacielos muchos más grandes, por lo que su idea original de ser un referente en el cielo de Nueva York se fue diluyendo con el paso de los años.
La Catedral de San Patricio está construida con mármol blanco extraído en canteras de la zona y ofrece un aspecto muy recargado, propio del neogótico.
En su interior hay dos puntos de interés que no debes perderte: sus impresionantes órganos, aunque no son los inicialmente instalados, y la estatua de la Piedad, que es tres veces más grande que la de San Pedro del Vaticano y que fue realizada por Miguel Angel.
También destacan el Altar de San Miguel y San Luis, diseñado por Tiffany & Co, y el busto de Juan Pablo II que se encuentra en la parte posterior de la Catedral de San Patricio.
Existe un tour gratuito en inglés por la catedral de lunes a viernes que hay que reservar con antelación. Las horas no son siempre las mismas y conviene consultar.
Si quieres más información, puedes consultar en la página oficial de Catedral de San Patricio.
