En el bonito Barrio de Buda de la capital húngara y muy cerca de la Iglesia de Matías y el Bastión de los Pescadores, encontramos un lugar muy curioso y misterioso que si lo visitas te cautivará.
Es uno de los lugares que más nos gustó en nuestro viaje a Budapest. Se trata del Laberinto del Castillo de Buda (que no se encuentra en el Castillo propiamente dicho).
Tiene 1.200 metros visitables de longitud en los que se suceden cuevas, pasillos, manantiales y mucho misterio.
La Historia del Laberinto del Castillo de Buda
Este tenebroso laberinto subterráneo se ha ido formando a lo largo de los siglos gracias a la erosión provocada por las corrientes naturales de aguas termales de Budapest.
Desde la Prehistoria ha sido usado por el hombre como refugio y en la Edad Media se llegó a ampliarlo artificialmente completando los espacios naturales.
Durante su historia ha servido de cárcel o como caja fuerte.
Y durante la II Guerra Mundial fue utilizado como bunker, centro de operaciones e incluso hospital. Y en 1980 fue reacondicionado para que los visitantes de Budapest puedan disfrutarlo.
Visitar el Laberinto del Castillo de Buda

Para entrar deberás bajar primero unas empinadas escaleras (ten mucho cuidado de no tropezar) hasta llegar a las taquillas, donde comenzará la visita.
La temperatura del interior del Laberinto del Castillo de Buda no es muy alta, lo que puede suponer un gran contraste con el exterior, según lo visites en verano o en invierno.
En su interior caminarás por los pasadizos y te recomendamos conocer todos los rincones. En algunos lugares hay algunas esculturas de cera, muchas muy tenebrosas.
También hay fuentes, columnas y hasta pinturas rupestres y hay una zona donde se ha creado una neblina artificial que te sorprenderá.
El recorrido por el Laberinto puede realizarse de una manera muy especial a partir de las 18h cuando se recorre con las luces completamente apagadas y con lámparas de aceite.
Puedes encontrar más información en la página oficial del Laberinto del Castillo de Buda.