Uno de los mejores pasatiempos para los antiguos romanos, además de las luchas en el Coliseo, las carreras en el Circo o las representaciones del Teatro, eran los baños termales.
Los baños eran utilizados para mantener la higiene de los romanos aunque también eran un lugar perfecto para establecer relaciones sociales.
Entre todas las termas que había en Roma, las mejor conservadas que han llegado hasta nuestros días han sido las Termas de Caracalla.
La vida en las termas romanas y su funcionamiento
La principal función, como es lógico, de los baños públicos romanos era eso, el baño.
Pero además, y gracias a la gran extensión de las instalaciones, los romanos también iban a hacer ejercicio, pasear, darse masajes o incluso ir a la biblioteca. Era una especie de lugar de encuentro de los romanos.
Las termas romanas eran además una gran obra de la ingeniería pues constaban de sofisticados sistemas de tuberías para el llenado y desagüe de las bañeras e incluso para la calefacción.
El calor necesario para calentar el agua se obtenía gracias a un horno de leña que se encontraba bajo el pavimento y que irradiaba el calor necesario. Había incluso una avanzada regulación que permitía tener el agua a diferentes temperaturas.
Las Termas de Caracalla fueron construidas en tan sólo 5 años e inauguradas en el año 216 y además de ser las mejor conservadas fueron las más lujosas gracias a sus mosaicos y a las obras de arte que contenían.
Sin embargo, no eran las más grandes, honor que ostentaban las Termas de Diocleciano que fueron construidas más tarde.
Durante 300 años, las Termas de Caracalla fueron un lugar de encuentro de los romanos hasta que fueron abandonadas y finalmente destruidas.
La visita a las Termas de Caracalla

Nosotros fuimos andando desde el Coliseo, gran error, y por eso recomendamos mejor ir en metro o autobús.
El paseo es largo y si encima hace calor como nos ocurrió a nosotros puede que lleguéis tan cansados que no disfrutéis completamente de la visita.
Avisamos también que allí hay que usar notablemente la imaginación pues quedan unas pocas ruinas, aunque suficientes para hacerse una idea de la majestuosidad de las termas.
Para ello lo mejor es alquilar la audioguía que ofrecen en la entrada y en la que te irán contando el significado de cada rincón así como el ritual del baño y como era la vida en las termas.