Si existe un lugar en Viena con un encanto especial ese es el Prater, que todo el mundo conoce por su parque de atracciones y su noria pero en el que podemos encontrar rincones muy interesantes entre sus prados y arboledas.
El Prater de Viena fue abierto al público en 1766 después de utilizarse durante décadas como coto privado de caza y en 1895 se construyó el Parque de Atracciones, el más antiguo del mundo.
Hoy en día es un lugar imprescindible para relajarse en Viena y descansar de un agotador día de visitas culturales.
Qué hacer en el Prater de Viena
La principal atracción de este parque es la noria gigante que desde 1897 se encuentra girando en este lugar de ocio.
Se trata de uno de los emblemas de la ciudad y tiene una altura de nada menos que 60 metros por lo que es posible tener unas bonitas vistas de la ciudad desde su punto más alto.
La noria ha resistido el paso del tiempo y hasta 2 guerras mundiales, aunque en la segunda fue seriamente dañada y tuvo que reconstruirse.
Solo pudieron salvarse 15 de las 30 cabinas de la noria pero su encanto se mantuvo.
Pero las cabinas que no se salvaron tienen hoy en día su utilidad y es que se encuentran situadas en la parte inferior a modo de museo recordatorio al aire libre.
La noria no es, lógicamente, la única atracción del Prater, sino que también podemos encontrar tíovivos, zonas de juegos, un tren para niños, un simulador de vuelo y montañas rusas.
Como hemos dicho antes, el Prater es mucho más que un parque de atracciones y por eso encontramos un precioso parque con muchas zonas verdes, zonas deportivas, paseos, estanques y hasta un estadio de fútbol, el famoso Estadio Ernst Happel, conocido anteriormente como Estadio Prater, y donde España ganó la Eurocopa de 2008.
Puedes encontrar más información en la página oficial del Prater de Viena.
